miércoles, 1 de abril de 2020

DTP/ 129 Cinco peligros poco conocidos de morderse las uñas




Si esta práctica se hace de forma intensiva, puede causar infecciones intestinales o problemas bucales

Morderse las uñas es uno de los hábitos más extendidos entre la población, especialmente en los niños. La onicofagia, su nombre científico, suele aparecer en la infancia y perpetuarse durante toda la vida si no se trata como es debido
Los motivos que llevan a una persona a realizar esta práctica son muy diversos, aunque en la mayoría de los casos está relacionada con el estrés. Y es que se trata de un trastorno emocional y conductual que en ocasiones puede llevar a aquel que lo sufre a necesitar ayuda profesional.
Aunque el mayor estigma más visible de la onicofagia sea estético, este problema puede ser perjudicial para la salud general, y no solo para la de las manos. Porque además de las infecciones en los dedos, morderse las uñas tiene otros peligros no tan conocidos.

Puede provocar daños en los dientes


Está demostrado que la onicofagia no sólo afecta a las uñas. Este hábito tan perjudicial puede llegar a erosionar el esmalte de los dientes incisivos e incluso interferir en la oclusión dental, es decir, la forma en la que los dientes superiores e inferiores se unen al cerrar la boca.
Además, la Academia General de Odontología (AGD) concluyó en un estudio que las personas que se muerden las uñas tienen mucho más riesgo de desarrollar bruxismo. Un hábito inconsciente que puede desencadenar en la pérdida de dientes, retraimiento de las encías o dolores de cabeza y faciales.

Altera la mandíbula


Un estudio realizado en la India y publicado en el Journal Of Clinical And Diagnostic Research (2015) establece una relación entre morderse las uñas y las
 alteraciones en la articulación temporomandibular (ATM). Los problemas en esta articulación pueden provocar dolor en la cara y el cuello, limitación de los movimientos de la mandíbula o ruidos articulares.


Problemas en las encías


Pero este hábito 
no sólo afecta las piezas dentales. Al morder las uñas pequeños trozos de las mismas se pueden clavar en las encías o quedarse entre los dientes. Esto, sumado a las bacterias que pasan de los dedos a la boca, puede dan lugar a la inflamación de las encías (gingivitis), como ya confirmó una investigación de la Universidad Case de la Reserva Occidental (2000). En los casos más graves, si esa inflamación no es tratada se corre el riesgo de sufrir una periodontitis (dientes flojos, mal aliento?).

Verrugas causadas por el virus del papiloma
Las verrugas periungueales, aquellas que aparecen alrededor y debajo de las uñas, están causadas por el
 virus del papiloma humano y son muy comunes en las personas que se muerden las uñas. Y son estos hábitos onicofágicos los mismos que facilitan que esas verrugas se propaguen más fácilmente a la boca.


Infecciones intestinales

La onicofagia propicia la aparición de parásitos intestinales. Este trastorno afecta especialmente a los niños, aunque eso ni significa que los adultos se libren. Las sustancias tóxicas y los gérmenes que se acumulan en las uñas a lo largo del día pasan al sistema digestivo a través de la boca y encuentra ahí un ambiente apropiado para crecer.


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