miércoles, 29 de marzo de 2023

DTP/ 484 ¿Quién hizo ese hilo dental?

A principios del siglo XIX, un dentista pionero, Levi Spear Parmly, instó a los pacientes a limpiar entre los dientes con hilo de seda, una técnica revolucionaria que podía proteger la línea de las encías y prevenir las caries. Pero “la gente simplemente no lo entendió”, dice el Dr. Scott Swank, curador del Museo Nacional de Odontología. En una época en la que los molares podridos eran la norma, dice, "la gente esperaba que se les cayeran los dientes". A los victorianos también les encantaban sus palillos de dientes. Después de la cena, un caballero sacaría una caja de cuero, metería la mano en su interior forrado de terciopelo, sacaría su pico de oro y comenzaría a acicalarse. Charles Dickens poseía un palillo con incrustaciones de marfil y grabado con sus iniciales; se retrajo en su propio mango como un pequeño catalejo. El uso de hilo dental podría haber sido más efectivo, pero ¿cómo podría competir con el destello del palillo de dientes? En aquel entonces, el hilo de seda venía en carretes difíciles de manejar y había que cortarlos en largos con un cuchillo. Peor aún, usarlo requería que te metieras los dedos en la boca. En la década de 1870, Asahel Shurtleff ayudó a civilizar el hilo dental cuando patentó el primer dispensador: una bobina de hilo con una punta en forma de U que sobresalía de un costado. El diente funcionó como una diminuta mano de metal, guiando el hilo dental entre los dientes. Su invento anticipó los soportes de hilo dental portátiles que ahora puedes comprar en las farmacias. Desde entonces, los diseñadores nos han dado hilo dental con sabor a chicle, hebras de Gore-Tex y dispensadores en forma de dientes, todo en un intento de hacer que el uso del hilo dental parezca divertido o al menos no demasiado difícil. Mientras tanto, estudios recientes han revelado que el uso de hilo dental podría ser una de las formas más sencillas de evitar las caries. Sin embargo, Swank dice: “A la gente todavía no le importa. O no quieren llevarse las manos a la boca”. Dos siglos después, el hilo dental sigue siendo la actividad por excelencia que olvidamos y odiamos hacer. Fuente: The New York Times Magazine https://www.nytimes.com/2012/10/21/magazine/who-made-that-dental-floss.html?searchResultPosition=2

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