martes, 26 de abril de 2022
DTP/ 259/ "El esmalte dental, querido Watson"
SON NUMEROSOS LOS CASOS EN LOS QUE LA ODONTOLOGÍA FORENSE HA PERMITIDO IDENTIFICAR UN CADÁVER
Más allá de definiciones más técnicas y precisas, la odontología forense constituye la ciencia o arte que aplica los conocimientos de la odontología para efectuar el examen, manejo, valoración y presentación de la evidencia craneal y bucodental que puedan tener interés por parte de la justicia.
Históricamente, Lolia Paulina, noble romana, se considera el primer caso de identificación por dentición documentada. Agripina la Menor, madre de Nerón, ordenó su asesinato, y como prueba de muerte le trajeron su cabeza. Su rostro estaba completamente desfigurado e irreconocible, pero gracias a la particular decoloración de sus dientes fue reconocida.
El cadáver de Adolf Hitler pudo ser identificado en colaboración con el profesor Blanchke (su dentista personal), por medio de su historial, prótesis y radiografías dentales.
Son numerosos los casos de desastres naturales, accidentes o atentados donde la odontología forense ha participado activamente, como por ejemplo atentados del 11 de septiembre de las Torres Gemelas, el accidente de aviación de la compañía Spanair en Barajas en 2008 o el caso José Bretón.
La Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal) establece dos tipos de métodos de investigación: los primarios, que por sí solos son capaces de establecer la identidad sin necesidad de métodos complementarios (huellas dactilares, odontología y genética) y los secundarios, que reduciendo el universo de posibilidades no son capaces de lograr la identificación por si solos (tatuajes, prendas de vestir, descripción personal, etc).
Establecer la identidad de un cadáver o unos restos humanos es de suma importancia tanto desde el punto de vista legal como emocional para las personas allegadas. En muchas ocasiones, las circunstancias extremas del suceso o la hostilidad del entorno de conservación de los cuerpos dificultan la tarea.
Las características fisicoquímicas de los dientes les confieren un valor de resistencia elevada frente a las altas temperaturas con respecto a otras partes del organismo, que puede ser mayor, incluso, cuando presentan restauraciones con materiales con puntos de fusión altas (metálicos o cerámicos).
La variabilidad que confiere el número, anatomía y forma de los dientes, así como los tratamientos odontológicos representa una verdadera fórmula específica para cada sujeto, similar a un código de barras. La posibilidad de encontrar dos personas con la misma dentición es prácticamente imposible.
Del mismo modo, los surcos presentes en la mucosa labial constituyen una huella individual e intransferible muy utilizada en criminalística. Las marcas que dejan los dientes en el cuerpo durante una agresión también pueden ser analizadas para determinar la autoría de la misma, facilitando la tarea a los investigadores que emulando al mismísimo Sherlock Holmes podrían decir , el esmalte dental querido Watson.
No debe de olvidarse que la identificación es siempre comparativa. Se necesitan dos tipos de registros, antemorten y postmortem, de la víctima de la agresión y el supuesto agresor y no es posible establecer la identidad si no se tiene con qué o quién comparar.
En este sentido, las nuevas tecnologías odontológicas radiográficas y de imagen (escáner digital) pueden constituir una herramienta imprescindible para ello.
Una adecuada recolección de los registros de los pacientes: historia clínica, fotografías, radiografías modelos de estudio, etc. pueden ser de mucha ayuda en todos estas situaciones, y deseando no tener la necesidad de participar, en caso de tener que hacerlo estar a la altura esperada por la concienzuda práctica de la odontología forense.
Fuente: deia https://www.deia.eus/vivir-on/salud/2022/04/25/esmalte-dental-querido-watson/1212811.html
LINK DE INTERES: https://www.semdes.es/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario